Un año más, no podía faltar uno de los días más felices en el colegio, de esos en que la alegría se palpa en el ambiente y en las caras de las personas que a él acuden para participar del acontecimiento religioso por excelencia, la Primera Comunión. En ese día, cuando nuestros hijos reciben por primera vez a Nuestro Señor, el colegio se llena de familias que comparten juntas su gozo y cariño en una ocasión inolvidable. Y además, este año, no contó con la aparición de la temida lluvia y el día fue excelente en todos los sentidos.
La ceremonia fue tan sentida y grandiosa como lo merece el momento y fue oficiada por el padre XXXX. La capilla del colegio estaba llena a rebosar de ilusio- nes y caritas expectantes ante el gran momento. Pero si cabe, lo que más nos emocionó este año es que han hecho la Comunión tres niños del programa Aleph, dos de ellos gemelos.
Como no se atrevían a acercarse a tomar la comunión, nuestra querida Olimpia, que durante tantos años se encarga de preparar a nuestros hijos para este mo- mento, se acercó a ellos y apoyada en la confianza y cariño que estos niños le tienen, ella misma pudo darles el Cuerpo de Cristo. Toda la iglesia, emocionada, aplaudió este gesto entrañable.
Tanto el departamento de Pastoral como los catequistas que prepararon a los niños coordinados por Olimpia, fueron testigos y responsables de que todos los meses anteriores tuvieran una culminación adecuada. A lo largo de ese tiempo, nuestros hijos se acercaron más a Jesús y aprendieron a conocerle más para estar preparados para este paso im- portantísimo en su vida cristiana. Atrás quedaron acontecimientos como la renovación de las promesas del bautismo, la Primera Confesión o la entrega del Nuevo Testamento, su guía y libro de cabecera desde entonces.
El resto lo podemos ver en las fotos, que traducen mejor que las palabras la profunda alegría cristiana que todos sentimos aquel día.