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Graduación de 3º de Infantil


Después de compartir tres años llenos de descubrimientos, emociones, motivación y buenos momentos, tres años maravillosos en los que nuestros hijos han jugado, han hecho sus primeros amigos y han disfrutado sin dejar de aprender en todo momento, el pasado 17 de junio celebramos la graduación de los alumnos de 3º de Educación Infantil.

Fue un día muy especial. Y fue especial porque todos habían puesto de su parte para que así fuera. Fue especial para los niños, que habían hecho acopio de ilusión en los días de preparativos y ensayos. También fue especial para los padres, que se prestaron a colaborar en la confección de los birretes y en la aportación de fotos para el fantástico vídeo que nos mostró la evolución de nuestros niños y niñas en este tiempo y nos permitió disfrutar de una entrañable recopilación de momentos preciosos de estos tres años de Infantil. Hubo además un grupo de madres que, en nombre de todos los padres y las madres, se ofreció para escribir unas palabras cercanas y significativas para los niños en un día tan importante para ellos. Y por supuesto fue un día especial para los profesores y el equipo de Pastoral del colegio que organizó y cuidó la celebración con el cariño habitual y se esforzó para que resultara entrañable, emotiva, sencilla y sobre todo a la medida de los niños, que participaron de cada momento, siguieron atentos los discursos y fueron conscientes de lo que estábamos celebrando.

En el ambiente se respiraba que era el final de una etapa compartida, marcada por la riqueza de los proyectos de aprendizaje y sobre todo por la alegría con la que han disfrutado cada día de estos tres cursos y el cariño recibido de todos los profesores que les han acompañado.

Óscar, el jefe de estudios de Infantil, iba nombrando a los niños y niñas, que salían al altar donde recibían su diploma, el abrazo y el beso de sus respectivas tutoras, Laura, María o Vivi y el aplauso de todos. Los veíamos guapísimos ataviados con sus birretes negros y sus becas rojas con el escudo del colegio, pero lo que les hacía brillar no sólo era el birrete y la beca que con tanto orgullo lucían, sino sobre todo sus sonrisas, la alegría, el compañerismo y la confianza con que vivieron este momento especial.

Y estas sonrisas son mérito de lo que durante estos tres años les ha enseñado en el aula el equipo docente que los ha acompañado. Un equipo docente que, por su parte, demostró de nuevo su calidad humana durante el aperitivo que siguió a la ceremonia de graduación. En el salón blanco, donde aguardaba un pequeño festín de celebración para los protagonistas, estos recibieron un último mimo de sus tutoras que consistió en un regalo inesperado: una simpática foto individual en la que cada niño aparecía con su respectiva tutora. En ella se veía a cada uno compenetrado con su profe ensayando una mueca divertida frente a la cámara. Los niños rieron ante la sorpresa de la foto y se la guardaron muy contentos. Bajo la foto se leía: “Nunca dejes de sonreír”, una frase que condensa el espíritu de ilusión, entusiasmo y alegría que les han inculcado en el colegio en estos tres años inolvidables.

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