El 19 de enero es una fecha importante para nuestro colegio, se recuerda el fallecimiento de su fundador Marcelo Spínola, y para conmemorar la efeméride, el lunes 20 de enero, los alumnos de Primaria, coordinados por sus profesores, celebraron en el salón de actos el XI Festival de Marcelo Spínola.
Este Festival nació en el año 2010 en una Comisión de la mano de Mª José Laínez (religiosa de la Congregación) y Mercedes Nuñez (profesora del colegio). La idea original era producir un acontecimiento en el que los alumnos fueran los protagonistas, alejado de las rutinas diarias del colegio pero en sintonía con su ideario; un evento creativo y participativo donde todos los estudiantes pudieran expresarse de otra forma y desarrollar un proyecto emocional, artístico y en grupo. Con este fin se les animó a bailar y representar canciones. La experiencia resultó tan potente que había que mostrar y compartir el resultado con el resto del colegio y con las familias. Y lo que se planteó para la ESO y Bachillerato, acabó llegando a primaria.
La ilusión es la palabra que describe esta iniciativa. Los alumnos dirigidos por sus profesores se sumergen en un proyecto que disfrutan a tope desde el primer minuto; se divierten en clase con sus compañeros durante los ensayos y su alegría llega a casa cuando muestran a sus familias algunos de los pasos o tararean la música de la representación. Y así, llega el día de la representación y se suben al escenario nerviosos y concentrados como auténticos profesionales, en un Salón de Actos lleno por sus compañeros y que las familias siguen conectadas a través de internet para ver en directo el resultado final (con una grabación lo suficientemente lejos para respetar la privacidad individual pero cerca para disfrutar de ella). En esta edición los profesores Olimpia y Fran actuaron de presentadores y maestros de ceremonias de unas representaciones que finalizaron con el secreto mejor guardado, el baile que protagonizaron sus profesores y la dirección del colegio para sus alumnos —tras la sorpresa inicial, el patio de butacas se rompió las manos de tanto aplaudirles—.
Llegados a este punto es preciso subrayar lo que significa este Festival para el Colegio, pues se trata de una ocasión muy especial que crea complicidades en toda la comunidad educativa: entre los alumnos, pues es un momento donde los compañeros pasan a ser amigos y dejan de ser una clase para convertirse en un equipo, una piña, donde ninguno se queda fuera y todos participan de una u otra manera; entre los alumnos y sus profesores, es una oportunidad excepcional de acercamiento y creación de nuevos vínculos, en un entorno ajeno a sus tareas y roles diarios; y entre los alumnos y sus familiares, pues se crea una situación de alegría compartida donde los padres disfrutan de otra versión, más divertida y desenfadada, de sus hijos. Estos tres ejes son su alma.
El Festival no es un periodo de tiempo lectivo perdido. El proyecto educativo continúa, el aprendizaje a través de otras formas de comunicar, la transformación emocional de los alumnos durante la preparación y los ensayos de sus representaciones, el uso protagonista de otras inteligencias como son la imaginación y la creatividad aplicadas a una propuesta que tiene que ser realizable, en equipo, con toma de decisiones en grupo (para los más mayores) y una presentación del resultado final ante un público. Todo ello se hace de forma divertida, con ilusión y desde el corazón. Lo que empieza siendo un juego en primaria, se convierte en un evento muy importante y esperado para los alumnos año tras año.
Gracias a las madres fundadoras de este Festival que tuvieron una idea genial en el año 2010, a la dirección del Colegio por seguir apostando por esta iniciativa, a los profesores y a los alumnos por poner todo su talento al servicio de este propósito y a las familias que se conectaron a internet para ver esta edición del Festival Spínola de primaria.
¡¡¡Muchas gracias a todos!!!